martes, 19 de abril de 2011

quita y pon



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En silencio, moviendo hábilmente sus dedos, reunió todas mis figuras -los ancianos y los jóvenes, las mujeres, los niños, las piececillas alegres y las tristes, las débiles y las vigorosas, las ágiles y las pesadas… todas- y las ordenó con rapidez sobre el tablero. Las combinó de tal manera que formaban grupos e, incluso, familias, reuniones de amigos, gentes que competían en diversos juegos, bandos enemigos enfrentados entre sí: un reflejo exacto del mundo, en miniatura. Ante mis maravillados ojos hizo moverse durante un rato aquella diminuta muchedumbre: un microcosmos en continua agitación y, a la vez, sorprendentemente ordenado. Aquellas gentes jugaban y luchaban, concertaban alianzas, comprometían unos con otros, se casaban y tenían hijos. En pocas palabras, un fascinante drama con numerosos personajes y un turbador entramado de historias desarrollándose simultáneamente.

De pronto, con gesto sereno, pasó la mano sobre el tablero, tumbó todas las figuras y las reunió en un montón. Luego, utilizando las mismas piezas compuso un juego completamente nuevo: nuevos grupos y nuevas relaciones distintos a los precedentes. Y, no obstante esto, el mundo que este segundo juego mostraba era, en cierto modo, el mismo que el anterior: unos mismos materiales conformaban a ambos pero ahora la armonización del conjunto, el compás distinto y la tonalidad había variado sensiblemente.

Y no fue éste el último juego que aquel sutil artífice elaboró ante mis ojos. Sin dejar de utilizar las mismas figuras -cada una de las cuales era un fragmento de mi mismo- compuso, sin pausa, uno tras otro. Todos diferentes y todos semejantes entre sí. Cada uno nuevo por completo y, a la vez, solidarios en su origen, con una misma raíz como común procedencia

– Esto es -dijo con una cierta solemnidad doctoral- el arte de vivir… De ahora en adelante, usted mismo, según su voluntad y capricho, puede seguir modelando y animando, aumentando la complejidad y enriqueciendo este juego, el juego de la vida. Esta es su oportunidad…

[H.Hesse]

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