domingo, 29 de marzo de 2009

El séptimo sueño: como los ángeles



Y en el séptimo sueño, despertó.
Vio lo que había, comprendió el desorden y se tornó tan desconfiado que decidió
permanecer para siempre con los ojos abiertos.
El monstruo, que está siempre vigilante, no se cansa porque los átomos que lo
componen sí pueden dormir y soñar soñar soñar muy profundo que Leviatán les
protege del insomnio, de las pesadillas, de los despabilamientos delante del
espejo… sin saber que siempre son los monstruos los que acechan.

Javier López Alós.
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